Me hice un blog

lunes, enero 01, 2007

Otra vez sopa...

 

Sí, otra vez yo, que novedad. Y por si esto fuera poco, sin nada interesante que decir. Así que vamos a ver que sale.

 

Breinstórmin: Berenjenas, verdulería, bananas, Ecuador, calor, ventilador, electricidad, enchufe.

 

Aventuras de un verdulero

 

 

"Y el primer día, se iluminó..."

 

Érase una vez un señor (al que llamaremos "Cacho") que un buen día se levantó por la mañana, escuchó el programa del negro Oro, maldijo al inventor de la radio y salió de su casa en búsqueda de un tornillo para la tapa de cilindros de su falcon.

En pleno trayecto a su autopartista "fuera de la ley" amigo, vio como en tantas casas y por que no veredas, vivían tranquila y mansamente varios ejemplares de árboles, muchos de los cuales tenían en sus ramas unos apéndices bastante comestibles a los que denominaremos "fruta".

En esos tiempos, los seres humanos no solían hacerse de tan preciadas "frutas" tan fácilmente como lo es hoy en día: Tenían que recorrer toda la barriada en búsqueda de variedad y calidad, muchas veces sorteando peligros como perros, vecinas charlatanas y muchachos consumiendo estupefacientes.

Cuando este buen señor llamado Cacho afiló su mente y la puso en blanco, y ahí nomás como quien no quiere la cosa se le ocurrió una idea que cambiaría el aspecto de los barrios tal como se los conocía: Soñó poner una "verdulería". Nadie sabe cómo se le ocurrió dicho nombre, ya que solamente habían frutas en ese entonces, el perejil y la lechuga mantecosa eran tan preciados como inexistentes.

 

 

 "Y al segundo día, se instaló..."

 

Peregrinó, caminó, reptó y hasta saltó los baches y las bocacalles en pleno arreglo hasta que dio con el lugar indicado: El bar.

Luego de su ración diaria de ginebra, siguió buscando muchas millas hasta dar con una esquina en la cual lo único que había era paja vizcachera, profilácticos usados y botellas destrozadas. Ése sería el lugar de emplazamiento de tan novedoso emprendimiento.

Ahí nomás contrató a dos albañiles que empezaron a edificar su sueño, por supuesto con graves consecuencias: Los vecinos, hartos de escuchar la cumbia que a todo volumen salía de la obra y le robaba horas a sus siestas, fueron hasta la casa de nuestro emprendedor denominado "Cacho" y le profirieron insultos diversos, entre los que se rescatan "muerde-almohadas", "cara de nalgas" y uno de los más fuertes: "lame-nísperos".

"Cacho", haciendo gala de su tacto para tratar a la gente, les paró la chata ahí nomás y les dijo:

-- "Ignorantes! No ven que les voy a brindar la más deliciosa variedad de productos de la naturaleza a precios módicos. Inclusive voy a implementar un sistema de crédito novedoso que les va a ayudar a fin de mes, cuando no tengan plata ni para comprar acelga!"

-- "¿Vas a dar fiado?"

-- "Hoy no, mañana sí"

-- "¿Qué es acelga?"

-- "Tranquilos, vecinos iracundos, ya verán.... ohh si, ya verán..."

Completamente satisfechos, los vecinos volvieron a sus respectivas casas, y hasta se ha dicho que algunos empezaron a disfrutar esa pseudo-música, hasta hacerla un éxito de ventas muchos, muchos años después.

 

 

"Y al tercer día, se hizo la luz..."

 

 Y llegó el gran día. Bien tempranito por la mañana levantó la persiana y quedó mirando fijamente los pepinos que estaban colocados en un cajón, ahí entre las mandarinas y las peras. Pensó para sí "ahora me siento útil en la vida, ahora soy feliz".

De más está decir que tan novedoso era el negocio que nadie sabía dónde estaba ubicado, y ni siquiera qué vendía. Los pocos transeúntes que pasaban por esa esquina llamaban "frutos de satanás" a sus productos, y este comentario corrió como reguero de pólvora en ese pueblo tan religioso e ignorante.

 

 

"Y al cuarto día, siguió la espera..."

 

O sea, tampoco entró nadie. Solamente un muchacho que intercambió unas palabras con nuestro querido amigo "Cacho":

 

-- "Buen día"

-- "Buenas tardes, son las 12:05"

-- "Entonces buenas tardes"

-- "Qué anda necesitando?"

-- "Drogas duras"

-- "..."

-- "En realidad, lo que ando necesitando es una computadora"

-- "Ah, eso es acá al lado"

-- "Muchas gracias"

 

Y ahí salió el casi primer cliente. Nuestro querido amigo "Cacho" se quedó pensativo....

"A dónde lo mandé.... ahí arriba vive una vieja que tira guiso, los perros lo van a devorar". Luego vio que un niño pasaba alegremente jugando y sintió unos gritos, pero le restó importancia al asunto.

 

 

"Y al quinto día, buscó la salvación..."

 

Estaba ahí nuestro querido amigo "Cacho", llorando desconsoladamente sobre el mostrador por su mala suerte mientras se le pudrían las sandías que tanto le costó descargar del camión, cuando ve que entra una persona. Bueno, persona... entró un hombre de aproximadamente unos 40 años, con sotana, lentes y las manos juntas. Claramente la imagen del mismísimo demonio. Claro que nuestro querido amigo "Cacho" nunca reparó en esto, y trabó conversación con el mismísimo príncipe de las tinieblas.

 

-- "Buenas tardes"

-- "Buen día, son las 11:58"

-- "Entonces buenos días"

-- "Qué anda necesitando?"

-- "Yo nada, le agradezco"

-- "Entonces para qué vino? Vino a mofarse de mi fracaso? Salga inmediatamente o le pongo los ojos contra la nuca"

-- "Tranquilo, vengo a traerle la solución"

-- "Hable..."

-- "Bueno, he estado observando desde mi oficina que a este negocio no entran ni los perros, y vengo a ofrecerle un trato"

-- "Esto me huele feo, si me lo está ofreciendo, obviamente le conviene más a usted que a mí"

-- "Falacias. Aquí lo que huele feo son sus nísperos"

-- "No se haga el gracioso. A pesar que esté usted vestido de atormenta-niños, creo que puedo confiar en usted, siga nomás"

-- "Sigo contando, yo puedo hacer que este negocio sea el más exitoso de todos los tiempos, que los clientes entren ávidos por melones escritos y salgan con las bolsas llenas de mercadería, que todos les paguen con billetes chicos para que nunca se quede sin cambio, y además mujeres, dinero, poder, y todo lo que ofrezco a todos, como siempre"

-- "Me interesa, qué quiere a cambio?"

-- "Debe morder esta manzana"

-- "Ni en pedo, está podrida. Mire como le salen los gusanitos"

-- "Entonces deseo su alma"

-- "Tarde piaste. El otro día fui a la iglesia y el cura me dijo que por escupir adentro del colectivo era un desalmado que iba a ir al infierno"

-- "Ese fui yo"

-- "El del escupitajo?"

-- "No, el que le dijo lo del infierno y eso"

-- "Ahhh..... y?"

-- "No era por lo del colectivo que le dije eso, era por violar reiteradas veces a su hijastra"

-- "Y usted cómo lo sabe?"

-- "Porque usted me lo contó, y además porque usted mismo me invitó a esa orgía"

-- "Ahhh..... y?"

-- "Que todavía tiene alma, y me la puede vender"

-- "No, ni loco, mire si la necesito después?"

-- "Pues entonces, me llevo el falcon a cambio de todo"

-- "Ok, acepto. Está 10 puntos, no le falta nada" (Aquí nuestro querido amigo "Cacho" obvió el detalle del tornillo defectuoso en la tapa de cilindros)

-- "Listo, firme acá, y de 24 a 48 horas empieza el éxito"

-- "Fabuloso, muchas gracias"

-- "A usted, y que tenga un buen día"

-- "...tardes, son las 12:05"

-- "Que hinchapelotas..."

 

 

"Y al sexto día, agradeció a Lucifer..."

 

Al otro día, apenas abrió la persiana, largas colas de personas estaban esperando ese momento. Estas se abalanzaron sobre los pepinos, las berenjenas y el apio de forma casi vandammesca, y sin ningún tipo de pudor llevaban cantidades asombrosas de mercadería sobre sus hombros.

Nuestro querido amigo "Cacho", al ver esto, estalló en llanto, y agradeciendo al mismísimo demonio, le pesó los melones a la jovencita de acá a la vuelta.

Todo eran flores, pajaritos, alegría y copiosas cantidades de dinero cuando sin que nadie lo esperara, sobrevino la desgracia: Testigos de Jehová. Por supuesto estos personajes no se iban a perder semejante aglomeración para llevar adelante su prédica.

Nuestro querido amigo "Cacho", al ver como los clientes huían despavoridos ante semejante amenaza mortal, literalmente se les "fue al humo".

 

-- "Discúlpenme, pero mejor se retiran, me están espantando a mis queridos clientes"

-- "Buen día, estamos acá trayendo la palabra del señor"

-- "Buenas tardes, son 12:03"

-- "Mi fe en dios me dice que lo correcto es decir 'buenos días'"

-- "Váyanse"

-- "Le interesa un poco de literatura para alimentar su fe y su alma? son sólo 50 pesos"

-- "Y de paso alimentar sus bolsillos..."

-- "Está usted errado, nosotros no vendemos nuestra literatura--"

-- "¡Pero usted me acaba de ofrecer esos librejos inmundos por 50 pesos!"

-- "Eso es mentira"

-- "Encima de ignorantes, ¡mentirosos!. Váyanse antes que los saque a patadas"

-- "Vamos, acá al lado seguramente tenemos más éxito y vendemos algo..."

 

Y a la verdulería de nuestro querido amigo "Cacho" volvió la calma.

 

 

 

"Y al séptimo día, todo tiene un final, todo termina..."

 

Era una mañana común y silvestre, miles de personas visiblemente excitadas apiñadas contra las persianas esperando el momento de apertura, y cuando nuestro querido amigo "Cacho" abre el negocio, se encuentra con el mismísimo demonio con cara de pocos amigos...

 

-- "Estimado "Cacho", usted me estafó, ese falcon no anda ni para el costado"

-- "Oh no, de ninguna manera, está 10 puntos!"

-- "Hace ruido todo, menos la bocina"

-- "Eso es mentira!"

-- "La rueda de auxilio pide socorro"

-- "Falacias!"

-- "Hacemos así, yo le devuelvo el falcon, usted me devuelve todo lo mío, y hago como que aquí no ha pasado nada"

-- "No, por favor, noooo"

-- "A menos que usted me quiera vender su alma"

-- "Ya le dije, capaz que la preciso"

-- Bueno, me lo llevo todo. Adiós.

 

Y una espesa niebla inundó el local. Cuando ésta se desvaneció, no quedaban pepinos, sandías, batatas, clientes.... nada. Solamente vidrios rotos, paja vizcachera y profilácticos usados.

Nuestro querido amigo "Cacho" volvió a estallar en llanto, y prometió vengarse del demonio.

 

 

Al otro día, nuestro querido amigo "Cacho" se unió a los Testigos de Jehová y salió a hinchar las pelotas casa por casa con mensajes de fe y esas cosas raras. Según me han comentado, primero quiere vengarse de la raza humana en su totalidad, y después sí seguiría con el demonio.

 

Fin

 

No se pierdan la próxima emisión: "Bananas 2: La venganza de Cacho", por Venus.

5 Insultos:

At domingo, marzo 18, 2007 4:32:00 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

te robare el cd de Trollfest cuando en un deseoso descuido de manifesto te lances al Vacio.

 
At miércoles, abril 18, 2007 2:21:00 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

una consulta. vos sos el verdulero frustrado? que ahora te dedicas a torturar a tus lectores?

muy bueno.
saludos.

 
At sábado, julio 21, 2007 12:44:00 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

un blog asi no puede estar tan desactualizado a ver para cuando una nueva aventura
sol(desde las tinieblas jaja)

 
At sábado, julio 21, 2007 1:43:00 p. m., Blogger Nicolás dijo...

Tiene usted razón señorita. Cada vez falta menos.... jaja

 
At lunes, septiembre 10, 2007 1:08:00 p. m., Blogger ©Claudia Isabel dijo...

Me encantó esta desopilante historia...te anoto, para seguir leyendo...
Te dejo la dire de mi blog
www.laperladejanis.blogspot.com

 

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